jueves, 5 de abril de 2007

Sobre la enajenación y la cordura

Hay en mi barrio (Flores/Parque Chacabuco) una mujer que desde hace casi 5 años me intriga mucho. Todo comenzó cuando mi novia me comentó que cuando ella era mas chica le daba miedo verla. Esta señora se nota en sus facultades mentales alteradas, verla solamente lo comprueba: se maquilla de una forma que parece se tirara el lapiz labial sobre las mejillas y su rostro es un catálogo de pintura para damas. En un primer momento me pareció extraño y/o jocoso, pero la verdad es que no le dí importancia nunca al asunto porque parece una persona "normal", salvo por su exagerada afición al rouge. Hasta que este año despues de casi un lustro de conocerla sucedió algo que me cambió la visión para siempre: esta misma mujer iba caminando por las calles pero hablando sola y a los gritos, manteniendo una charla con una "compañera de trabajo" que sólo existe en su imaginación, alterada de una forma increíble. Este hecho abrió una serie de preguntas que tal vez nunca pueda responder: quién es, tendrá una familia, por qué motivo se comporta de esa manera (todos me diran -está loca-, pero para mi es una persona a la que le sucedió algo que la hace ser como es), de qué vive? y, sobre todo, me causó escalofríos ver a un ser en un estado de enajenación tal sin recibir ninguna ayuda. Surgen preguntas, dudas y reflexiones, cualquiera de nosotros podría ser esa mujer y vestirnos para ir a un trabajo inexistente, sólo que hay trazada una delgada línea que separa la demencia de la cordura y no es tan difícil cruzarla. Cuidemos nuestra libertad de vivir.

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